miércoles, 14 de diciembre de 2011

Patatas a la importancia.

     Por diversos motivos, esta es una receta que me trae muy buenos recuerdos. Y además sabe deliciosa. Es por eso que se la dedico en especial a Esther, Trini y al padre de esta, el tío Manolo.
    Por todos los que estuvieron, y por todos los que siguen estando.


Necesitamos:
4 patatas medianas.
2 Huevos.
Harina
1 vasito de vino blanco.
1 pastilla de caldo concentrado de pollo.
1/2 l. de agua. (Quizá algo más)
Aceite.
Perejil
Ajo.
Sal.

Preparación:
Lavamos y pelamos las patatas y las partimos en rodajas muy finas.
Salamos y rebozamos primero en harina y luego en huevo y freímos hasta que se haga bien el rebozado.

Ir colocando las patatas ya rebozadas, en una olla o cazuela con cuidadito que no se nos rompan.

Mientras, en un mortero ponemos ajo y perejil y mochamos (machacamos bien)  y echamos un poquito del aceite de freír, caliente, para que “cruja”, (caliente) un poco.


Echamos en el mismo mortero una pastilla de avecrem, y la machacamos un poco, luego un vasito de vino blanco, y se lo echamos por encima a las patatas.

Añadir el medio litro de agua, y la sal, añadiendo más agua si fuese necesario.

Cocemos a fuego medio hasta que las patatas estén tiernas.
Servir caliente.
Este primer plato, va muy bien acompañando a unos filetes de pollo empanados de segundo.

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