Espero que os gusten.
Necesitamos:
Pimientos rojos para asar.
Aceite de oliva.
Sal.
Unos 6 dientes de ajo.
Preparación:
Ponemos el horno a precalentar a 200º.
Forramos la bandeja honda del horno con papel de plata (Esto es para que nos cueste luego menos trabajo limpiarla).
Lavamos al chorro del agua fría los pimientos, luego los secamos.
Les echamos sal a todos, luego les damos la vuelta y les echamos también sal por el otro lado.
Los metemos en el horno y bajamos la temperatura a 180º, con calor arriba y abajo, y los dejamos asar durante unos 20 minutos aproximadamente. (Esto es más o menos hasta que veamos que tienen este aspecto, con la piel lo suficientemente levantada para poderlos pelar luego).
Sacamos la bandeja del horno y la dejamos enfriar lo suficiente como para poderlos pelar sin quemarnos.
Colocamos un cacharro con agua para facilitarnos la labor, ya que se pelan con las manos, tirando de la piel que está ahuecada.
Cuando tenemos toda la piel quitada, los pasamos a un plato y allí, los abrimos y quitamos el interior, dejándolos enteros o en tiras, según las preferencias.
(Yo los he hecho en tiras).
Se van luego pasando, según queden limpios a un cacharro preferiblemente con tapa para luego guardarlo durante más tiempo en la nevera.
Pelamos los ajos y los añadimos
Añadimos también el jugo que han soltado los pimientos al asarse.
Y ya los podemos consumir cuando queramos, aguantarán bien, dentro de la nevera unos días.